Los seres humanos crecemos con determinadas creencias y valores que en algún momento nos fueron funcionales en nuestra vida.
Sin embargo, con el devenir del tiempo, suele ocurrir que dichas estructuras mentales en las que nos apoyábamos ya no nos son útiles ni nos aportan. Son más bien obstáculos para alcanzar lo que buscamos y para poder ser realmente nosotros mismos.
Con el fin de que podamos actuar en forma veraz, auténtica e incluso adulta e independiente, los mentores ayudan a la persona consultante a deconstruir aquello que la cultura y su historia personal marcó.
No se trata de destruir absolutamente nada, sino de lograr que a través del lenguaje desafiemos la lógica de dichos modelos mentales, para deconstruirlos primero y construirlos después como modelos mentales más amplios y funcionales al momento de vida del consultante.
A este proceso similar al llevado a cabo por Picasso con Las Meninas de Velásquez y sus diferentes obras basadas en esta propuesta, llamamos Deconstrucción y Construcción.
Se trata de ampliar los márgenes de posibilidad dentro de los que se mueve el cliente, otorgándole a su vida una mayor y mejor perspectiva que se traduce luego en acción, logros y bienestar interno y externo.